lunes, 29 de diciembre de 2008

Vamos con esta

Tal vez en enero vuelva con temás más cotidianos. Como vieron la losophy se ha vuelto un poco oscura. Bueno veremos si es diciembre o si es esa mujer que se viste de deseo y se muestra intratable.

Vamos con esta...

Vieras que no entiendo cuál es tu idea de pasarla bien (excepto esa manía de ver MacGyver, sorry "MacGaiver"como te dió por decirle), de estar bien (oka lo admito es diciembre, y si hay vodka de por medio, dejame en paz con eso, quiero hablar).
Veo tus fotos, más que tus fotos tus sonrisas y en tus sonrisas veo tus momentos... son súper sencillos de descifrar y en cambio vos te mostrás tan compleja.
A ver si entiendo, te encanta sonreír pero no quiénes te hacen sonreír. Es como, como que... a ver... como el vodka que me acabo de servir, creo que no es suficiente pero en el fondo se que me va a dejar hasta el culo...
Decime porque la distancia si ya no hay oceáno que nos separe, decime porque el frío si hoy me cociné entre tanta llamada fuera del área de cobertura. No me digás que te pasa lo que al resto de la humanidad... decime que esa moda de buscar y buscar hasta que la realidad les revienta en la cara no es tu nueva adicción, decime que no por favor.
Me pongo on line en esa mierda de facebook, en esa adicción de msn para ver tu puta ventanita, y pendejamente dar doble click y tirar un hola... esperando el "is writing a message" (cruzando los dedos por ver esa línea un minuto), que al final es un puto segundo y dice "Hola" más seco que leche pinito en el desierto...
Que la costumbre no sea distancia, que mirarte a los ojos no sea utopía, que hacerte sonreír una tarde de domingo no sea un "big deal", que entendás que la respuesta y el abrazo no tienen código, que tu respiración dentro de la mía no busque atajos y que si surge algún problema tengás claro que mi victorinox es más pichuda que la de Mac Giver y que MacGiver no existe en cambio yo en un SÍ, te resuelvo la vida.

¡Salud! y un vodka más que el hielo aguanta....




viernes, 26 de diciembre de 2008

LA IMAGEN DEL ESPEJO

El asunto funciona así, nos maquillamos, nos arreglamos, nos miramos al espejo, todo en el bolsillo, todo en su lugar, la imagen en el espejo, la de siempre, esa es la de verdad. Esa es la que no viaja.
Luego caminamos por la calle o vamos en el carro. Sintiéndonos orgullosos de lo bueno(a) que somos, de lo bueno(a) que estamos. Hablándonos acerca de lo cotidiano, de la agenda, de las caras y de las historias de ayer que dejamos listas para completar… la echadilla de cuento en la oficina a la soltera, a la casada o a la colectiva. El truquillo en la U para hacer las varas lo más fácil posible. Y en la noche ver que se agarra en los bares con ese discurso "open mind" que me sirve para un "open piernas", las mentirillas de siempre. La vara de decir y sentirse honesto con uno mismo, la doble moral actuando.
Maestros en el arte de transformar las realidades a nuestra conveniencia. Queriendo ser lo que tachamos, queriendo no ser parte de lo que juzgamos se nos pasan las horas y al rato los años, ya luego en una que va y en otra que viene… nos hacemos amigos del engaño. Vivimos en él y no diferenciamos quién es quién ni quién es uno.
Al rato pactamos con la conciencia, que no fastidie si al final nos creemos el asunto de no ser, siendo. La mentira como alimento, esa que nos engorda la cara frente a aquellos a los que les juramos ser honestos. La mentira como piedra que rompe el espejo.

ZunGa

viernes, 19 de diciembre de 2008

PLACER A DOS TIEMPOS

Entres sombras y estrechos caminos, enfrentando los temores más terribles de mi alma, después de ensayar varias veces la escena perfecta de nuestro encuentro, previendo diferentes respuestas para tu abanico de reacciones, logré llegar a ese maná donde reposan todos tus deseos, esos que hace rato dejaron de ser espejo de los míos.

El paisaje es justo como lo insinúa el pincel que traza tu frágil sonrisa, es como lo describían tus ojos cuando chocaban frente a los míos: tímido, tierno, noble, indeciso. Y vos ahí, en esa posición de espera de ese algo, el “no se qué” más grande de la vida, que tiene forma de terrón de azúcar, se disfraza de racional, huele a hormonas y gusta envalentonarse con vos, sí cae en el círculo de lo prohibido. Amor le decís vos, yo le digo placer a dos tiempos.

En el centro de todo, yace ese gran árbol en medio de un jardín cerrado con anillo y bajo su enorme sombra gustás refugiarte de los cotidiano, de esa masa que buscás ignorar, ahí vas vos a escondidas y por las sombras. Él, sabio, alto y poderoso, comprende el mensaje y cada cierta tarde, cuando tiempo, espacio y silencio se conjugan, caprichosamente desliza sus ramas por todo tu cuerpo, convirtiéndose en tu dueño por los minutos que el reloj de tu fe considere necesarios para según vos, poder doblar un destino que no te favorece. Como si no supieras que por más que le recés al “Tiempo”, él no decide a quién pertenecemos.

En esos parajes donde tus emociones creen sentirse bien y pensás que nada puede estar mejor, vengo y aparezco yo recitando todos mis poemas baratos, con la simple intención de declamártelos para hacerte sentir mal, aunque me sienta peor yo.

Vengo a refrescarte la memoria, que ya veo que mucho se te olvidó. Sobretodo aquellos días en que bailaba mi boca por tu cuerpo mientras entonaba una canción.

¡Salud!

viernes, 12 de diciembre de 2008

COMPARTIRTE

“Sos tan espectacular que no podés ser mía nada más”. Putita, Babasónicos

De un tiempo acá he llegado a otra conclusión respecto a vos. Me tocará disfrutar de tu piel, tus labios, tus senos, tus nalgas, tus jugos y tu saliva con todo el resto. Compartir tu respiración, tu sudor y el calor de tu cuerpo pintado de rojo excitación.
Tocará compartirte con aquél y con éste, con quién encuentre en un buen discurso, la llave que abre todos tus signos de exclamación. Al fin y al cabo tanta belleza no debería ser contenida y regalada a un sólo cuerpo. Compartirte, más que un acto de debilidad, será mi acto de agradecimiento.
Te compartiré con todos hasta que simplemente dejés de ser mía y yo no sienta nada al verte en los brazos del resto.

Zunga

viernes, 5 de diciembre de 2008

ESCLAVO

No quiero ser esclavo del dinero, aunque me parta el lomo por tenerlo
No quiero ser esclavo de la ropa que llevo puesta, aunque se chupe mi sueldo
No quiero ser esclavo de la opinión del pueblo, aunque termine preso.
No quiero ser esclavo de una mujer que juega en dos puestos
No quiero ser esclavo de mis deseos que me llevan al infierno
No quiero ser esclavo de olores que me empujan al recuerdo
No quiero ser esclavo de la birra a pesar de los buenos tiempos
No quiero ser esclavo de la música aunque sea parte de un encuentro
No quiero ser esclavo de una sociedad podrida en aburrimiento
No quiero ser esclavo de mis raíces que hablan de frustración
No quiero ser esclavo de vos, de mi, de ellos, de ustedes y de nosotros...

Zunga

martes, 2 de diciembre de 2008

LA CANCION NO OLVIDADA

Tenía tiempo de no saber de ella ni de ella, en algún momento ambas llegaron a ser mis “hits” de temporada, bandera melodiosa de una de vida de buen sexo, vicios y algo o mucho de amor. Años habían pasado y ya sobre ellas pesaban otras anécdotas que me regalaron los otros años.
Hasta que me la volví a topar a una que irremediablemente me traía a la mente a la otra, En esa vieja rocola setentona esquineada cerca de los baños, en un bar de pueblo allá por la frontera sur, me vine a topar con esa vieja canción. Andaba con una novia nueva... es que nos entró la vara de juntarnos y como dicen que por estos lados son más baratas las varas de la choza (eso me aseguró el roco que me vendió el par de tiquetes de la excursión), nos vinimos de “Honey Sale Moon”.
La cosa es que ahí frente a mis ojos estaban esas 3 palabras que juntas se volvían canción. Sabía que podía toparme en esos 4 minutos de voz y son. Por un instante dudé, pero bueno, a veces la nostalgia gusta de colarse en cualquier situación. Par de monedas de teja y vamonos... Comenzó a sonar e inundar de pasado el salón.
Yo para hacerme el romántico, la abrazo mientras escucho, la beso mientras escucho, Es mi canción, no la de ella, no la de los dos, es mi canción y la de alguien más que ella no conoce e ignora mientras tarareo el coro a viva voz.
Es esa canción que dibuja en mi rostro el disfraz que me deja recordar a un viejo amor. La abrazo más fuerte y escucho, la beso más intenso aún y no sospecha de mis pensamientos.
Entre estrofa y estrofa, disfruto con la complicidad que me prestaron 2 tejas y un cajón.
Discreta y fiel avanza la letra, entre recuerdo, cabanga vieja y alcohol. Otra ronda, le digo al mesero, mientras la tomo de la cintura y la invito a bailar en medio del salón.
Me mira directo a los ojos y sonríe. Bailamos cuerpo con cuerpo, para entre brindis y música calentarnos los dos. Le canto al oído, ella dice que le parece una linda canción. Vuelve a sonreír. La beso y escucho, me besa y escucha, llega a su fin el baile.
Me pide un par de monedas, camina hacia la rocola, las echa y empieza a sonar otra canción. Puedo ver claramente su expresión. ¡Mierda! ahora la del dibujo en el rostro es ella y a quién le cantan al oído soy yo.

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